TORRE DE SES PORTES
La torre de ses Portes es una de las 14 edificaciones defensivas construidas en Ibiza y Formentera.
Torres de defensa en Ibiza
Se tratan de edificaciones construidas entre los siglos XVI y XVIII para vigilar las costas de Ibiza y Formentera de la llegada de barcos desconocidos y piratas que atemorizaban a la población.
Solían estar dotadas dematacanes y almenas para su defensa.
De planta circular, sus paredes de muros eran muy gruesas para aguantar los posibles ataques.
En total, el sitema defensivo de torres estaba formado por 14 edificacione en el perímetro de Ibiza, Formentera y s’Espalmador.
Las Torres
Las torres están ubicadas de la siguiente manera:
Formentera: Punta Prima, Pi des Català, Punta Gabina y Cap de Barbaria.
s’Espalamdor: s’Espalmador.
Ibiza: Torre d’en Valls o de Campanitx, Torre de Portinatx, Torre des Savinar, Torre d’en Rovira (Torre de Comte), Torre des Carregador o de sa Sal Rossa, Torre des Molar, Torre de ses Portes, Torre en la iglesia de Santa Eulària y Torre en la iglesia de Sant Antoni.
La torre de ses Portes
La torre de se sPortes está ubicada entre las playas de Ses Salines y la de Es cavallet, en pleno Parque Natural.
De elevada altura, consta de dos plantas que están unidas por una escalera de caracol.
Se construyó en 1749, aprovechando la estructura de un antiguo refugio del siglo XVII.
Es una de las primeras torres de defensa que se levantó, y junto con la de s’Espalamador protegía el paso de Es Freus y los estanques de las salinas.
Junto a la torre hay algunas casetas varadero, creando un rincón idílico, en el que el agua es de color turquesa.
La ruta hasta la torre se puede hacer desde cualquiera de las dos playas, y es una de las más bonitas que se pueden hacer por el Parque Natutral.

Nuestra Experiencia
Nosotros decidimos hacer la ruta desde la playa de Es Cavallet, pese a que aparcamos la moto en el parking de la playa de Ses Salines.
Desde ahí cogimos el camino de tierra que lleva a la otra playa que está contigua. En un primer tramo discurre por entre algunos árboles y matorrales. Nada hace indicar que por allí haya una playa.
Poco a poco el camino va adquiriendo tintes de que te diriges a una playa, la tierra se cambia por arena y la vegetación inicial cambia, ahora ya solo encontramos matorrales.
Hay que tener en cuenta que el camino a coger siempre es el que va recto, pues te encontrarás con alguna desviación que no debes coger pues te llevan a otros lugares.
Después de algo más de media hora caminando, y tras pasar por una vivienda, la playa ya se empieza a divisar.
Para quién no lo sepa, la playa de Es Cavallet es una playa nudista, por lo que al llegar, la poca gente a la que te encuentres estará, en su mayoría, sin ropa de baño.
Una vez que cruzas la playa te encuentras diversos rincones, de rocas, formando pequeñas calitas, de aguas cristalinas, muy apetecibles para el baño. Rincones que casi nadie conoce y que casi nadie los frecuenta.
El camino se hace junto al mar, a la izquierda te queda el mismo, con zona de rocas y casi sin arena, y a la derecha es un camino de tierra, árido, con algún matorral que a duras penas sobrevive.
A lo lejos se empieza a divisar la Torre, portentosa, sobresaliendo en el horizonte. Demostrando que se construyó para dominar toda la zona.
El tramo final es un camino sencillo, solo debes sortear pequeñas plantas, que te conduce hasta los mismos pies de la torre.
La sensación al verla fue impresionante, impone con su altura. La recorrimos en su perímetro y disfrutamos de las vistas al mar y a Formentera.
Por detrás, en la orilla, unas casetas varadero, creando un rincón tranquilo, desconocido, de postal. Aguas turquesa, el mar golpeando ligeramente, el sonido del viento…
Desde allí, el camino de vuelta puede ser el mismo, o volver por Ses Salines, que es lo que hicimos nosotros.
Esa zona de Ses Salines sorprende, pues hay rocas e incluso alguna cala formada por la elevación de la costa, cuando el que conozca la playa de Ses Salines en plana y de arena fina.
Tras una caminata de media hora llegamos a la zona en la que están los chiringuitos de playa, y justo detrás de uno de ellos parte el camino al parking, en el que habíamos dejado la moto.
La excursión , la ruta finalizaba ahí, pero la torre de Ses Portes quedaba guardad para siempre en nuestra maleta.


