Sa Caleta es una cala pequeña, con casetas varaderos de pescadores. De aguas cristalinas y fondo de piedras.
Estas casetas de pescadores están preparadas para guardar las pequeñas embarcaciones, más conocidas como «Llaüts», y para cocinar lo que se trae del mar.
Normalmente son los fines de semana cuando más gente hay en Sa Caleta. Es habitual que las familias vayan a pasar un día de playa rematado con una paella.
Esta cala se encuentra a 15 minutos de la ciudad de Ibiza, pasado el aeropuerto de Es Codolar.
Poblado Fenicio de Sa Caleta
A tocar de esta cala y antes de llegar a la playa de Es Bol Nou, se encuentra, en una pequeña península, el Poblado Fenicio de Sa Caleta.
Se trata de los restos arqueológicos de más valor de la isla, pues datados en el Siglo VIII a.C., es el primer asentamiento Fenicio de la isla, el primer núcleo urbano.
Dicha importancia es o que llevó a que fuese incluida en la declaración de la isla como Patrimonio de la Humanidad de 1999.
Los moradores buscaban los metales que llegaban de la península, siendo la metalurgia la actividad principal. Se fundía allí mismo, en hornos construidos, para obtener plata o plomo.
El poblado representaba una ciudad en miniatura, con barrios repletos de casas separadas por estrechos callejones y alguna plaza.
Los barrios eran el portuario, central, noroeste y el sur, el único que se puede ver actualmente, protegido por una verja.
Las casas inicialmente eran de una o dos estancias, pero la prosperidad económica hizo que se fueran haciendo más grandes.
Se encontraron hornos para la cocción del pan y en las excavaciones aparecieron restos de cerámicas, utensilios de cocina, anzuelos de pesca de bronce, piezas de telares y molinos de piedra para moler cereales.
Estos restos se pueden ver en el Museo de Puig des Molins.
50 años más tarde se trasladaron a lo que hoy conocemos como la ciudad de Eivissa. Pese a ello el asentamiento se mantuvo hasta el siglo VI a.C.
Hasta hace unas décadas la zona era de uso militar, de ahí que se conserven las ruinas de un cuartel y varios túneles que enlazaban baterías antiaéreas.
Es Bol Nou
Esta playa se encuentra pegada a Sa Caleta. Playa pequeña, de arena fina y paredes arcillosas, que mucha gente aprovecha para embadurnarse el cuerpo y exfoliarse.
Es de ambiente familiar, pues se encuentra a 15 minutos de Ibiza y otros tantos de Sant Josep.
Cubre poco debido al manto de arena que hay nada más entrar en el agua.
En una de las paredes hay un túnel horadado que formó parte de las instalaciones militares de Sa Caleta. Hoy en día es uno de los lugares más fotografiados y muy instagramer. Si quieres hacerte una foto tendrás que hacer cola y esperar unos cuantos minutos.
Restaurante Sa Caleta
Pepín Cardona «Pujolet» estuvo pescando durante años en Sa Caleta, donde ya lo había estado haciendo anteriormente su padre.
Un día decidió empezar a servir lo que el mar le daba. Esto lo hacía en un refugio de madera con una pequeña terraza abierta a la playa de Es Bol Nou.
Con el tiempo abrió la zona de jardín, con tumbonas y mesas a la sombra de los pinos y las sabinas.
Hay servicio de masajes y es un lugar ideal para tomar una copa por la noche.
Está abierto todo el año.
Nosotros hemos ido varias veces a comer una paella y la experiencia ha sido muy buena.
Hacen muy bien el arroz, un servicio eficiente y rápido y bajo la sombra, un día de verano, se te olvida la temperatura que hace fuera.
Una de las cosas que se tiene que probar si vas es el Café Caleta. Consiste en el café que hacían los marineros cuando salían a pescar. Está hecho a base de café y licores. Hay que tener cuidado porque se bebe fácil y puede subir a la cabeza.
Como podéis ver, en Sa Caleta se puede pasar una jornada completa, playa, cultura y gastronomía.