Es casi imposible que no sepas quienes son Mortadelo y Filemón, de hecho, es casi imposible que según la edad que tengas, no hayas crecido con las disparatadas historias de estos dos agentes de la TIA.
Para los que no sepáis quienes son, os voy a poner un poco en contexto.
Francisco Ibáñez Talavera nació en Barcelona en 1936, justo antes del inicio de la Guerra Civil española. Desde pequeño mostró su afición por los tebeos, y es en 1947, con 11 años, cuando se le publica su primer dibujo.
En 1950 empieza a colaborar en varias revistas, y en 1957 decide dejar su puesto como ayudante de cartera y riesgos en la banca para dedicarse enteramente a dibujar.
Ese mismo año empezó a colaborar con la editorial Bruguera, y un año más tarde ya trabajaba en exclusiva para ellos.
El 20 de Enero de 1958, para la revista Pulgarcito, Ibáñez publicó la primera entrega de Mortadelo y Filemón.
La primera historieta de los agentes de la TIA la publicaba en 1969, teniendo un gran éxito tanto a nivel nacional como internacional.
Esto le llevó a trabajar a destajo, hacía 40 páginas semanales, teniendo que abandonar el resto de personajes que había desarrollado.
En 1985 Ibáñez abandonó la editorial Bruguera, perdiendo los derechos de sus personajes.
Por suerte, dos años después apareció la Ley de la Propiedad intelectual y recuperó a sus dos personajes más famosos.
En los últimos años se el propuso para el Premio Príncipe de Asturias, pero no obtuvo éxito. Para muchos era considerado un maestro.
En 2023 falleció en la ciudad que le vio nacer. Desde entonces se han sucedido las muestras de cariño y admiración por el trabajo realizado durante más de 5 décadas y que ha entrado en tantos hogares.
El Ayuntamiento de Barcelona, el pasado Octubre de 2023, le concedió la Medalla de Oro al Mérito Cultural, acto celebrado en la biblioteca Gabriel García Márquez.
Así mismo, el Ayuntamiento ha instalado semáforos con la figura de los agentes de la TIA, siendo el peatón verde Mortadelo y el rojo Filemón.
Una de las ubicaciones, precisamente es justo en frente de la biblioteca Gabriel García Márquez, en el carrer del Treball, en el barrio de Provençals, donde residió el maestro dibujante.
Las otras dos ubicaciones son en la Ronda Sant Pere esquina Passeig de Gràcia
y Compte Urgell delante del Mercat de Sant Antoni.
Como casi siempre, los homenajes vienen a título póstumo e Ibáñez no los ha podido disfrutar, pero como se suele decir, más vale tarde que nunca.
Ahora, los barceloneses, fans o no, los que hemos leído las historias de estos dos personajes o los que no tienen ni idea de quiénes son, podemos cruzar estos tres pasos de peatones con más alegría.
Ojalá Barcelona no pierda este tipo de detalles en estos momentos en los que la ciudad va en una deriva peligrosa hacia la falta de personalidad.