Badalona ha sufrido una metamorfosis de su frontal marítimo en los últimos años, allí dónde hubieron fábricas, ahora hay bloques de pisos, se ha hecho un puerto deportivo, un paseo marítimo que une a Sant Adrià y Barcelona por un lado y al Maresme por el otro.
En la mayoría de los casos, se ha suprimido todo rastro de aquellas naves viejas y oscuras, pero en alguno de ellos se han conservado antiguas edificaciones.
Ese es el caso del restaurante l’Estupendu. Aprovecharon los baños Pleamar, abandonados desde hacía años y en ruinas, para en el año 2015 transformarlos en un chiringuito de playa, huyendo del modelo de los beach club, y dándole una estética marinera con los colores azul y blanco.
El local cuenta con un comedor interior y una terraza cubierta que da al Paseo Marítimo , ofreciendo unas preciosas vistas al mar y a uno de los iconos de la ciudad estos últimos años, el Pont del Petroli, Junto al restaurante se montó una barra de bar con una gran terraza, ideal para tomar el vermú.
En la carta predomina el mar, con pescados y mariscos, pero sobre todo sus espectaculares arroces. Aunque también hay hueco para una larga lista de tapas para compartir, destacando las croquetas de sepia «Las Rejas» y las berenjenas fritas con miel de caña.
L’Estupendu ofrece la opción de tres menús para grupos, mínimo 8 personas y solicitándoloadas con 72 horas de antelación. Son, «Menú Xiringuitu«, «Menú Pont del Petroli» y «Menú L’Estupendu«.
Cada uno compuesto por unos platos para compartir postre y bebida, con diferentes precios en función de los platos incluidos. Muy buena opción para cenas de empresa o celebraciones.
No tuvimos suerte con el día que escogimos para ir. Se levantó un temporal y el mar estaba muy revuelto. Además del viento, empezó a llover con fuerza, con lo que las vistas no eran las que habitualmente conocemos, pero eso tampoco nos importaba demasiado, puesto que lo más importante nos esperaba dentro y no fuera.
Habíamos reservado mesa unos días antes (intentar ir a comer a l’Estupedu sin reservar resulta misión imposible). Nos habían puesto junto a la pared, cerca de la entrada al comedor interior, y bajo una estufa de farola, para estar calentitos y comer agradablemente. Nos pedimos unas cañas mientras consultábamos la carta. Teníamos muy claro que queríamos arroz, pero había que decidir cuál.
L’Estupendu ofrece arroz con verduritas y bacalao (arroz de la reina), arroz negro de cangrejo y navajas (es el que yo voté), arroz caldosa de sepia y galeras, arroz con marisco pelado (arroz del fadrí), arroz marinero, y fuera de carta tenían arroz con gambas rojas.
El resto del equipo votó por este último, y la mayoría siempre gana. Para esperar el arroz decidimos pedir las croquetas de sepia, y todo ello acompañarlo de un vino blanco de Catalunya, un Ca n’Estruc xarel.lo.
Nos trajeron las croquetas acompañadas con pan de coca con tomate. En Catalunya nunca verás pan sin tomate restregado como acompañante. Estaban increíbles. Un rebozado muy fino dejaba saborear todo el relleno de las croquetas, hechas con la sepia y su tinta.
No son excesivamente grandes, pero cunado te metes una en la boca, descubres que, como se dice, en el frasco pequeño se guarda la buena esencia. Un intenso sabor a mar estalla en tu boca a cada mordisco.
Las cantidades estaban muy bien equilibradas, con una bechamel muy finita que solo se notaba al inicio, dando paso a la sepia y su tinta, siendo el sabor que se quedaba en boca una vez terminada. Sin duda, para nosotros, la tapa estrella del restaurante.
El pan de coca acompañaba muy bien, lo habían tostado lo justo para que estuviera caliente y no demasiado para que no resultase muy duro. El tomate estaba muy bien restregado, algo que parece una tontería o fácil de hacer, pero en la mayoría de sitios nos encontramos que no porque, o no lo estriegan bien, o ponen de ese tomate rallado que se puede encontrar en los supermercados.
Nos trajeron el vino e hicieron que fuese yo quien lo probara. Y me llevé un sorpresa. Yo que soy más de vino tinto, y el blanco no me gusta tanto porque me suele resultar muy seco o muy afrutado, pero ca N’Estruc tenía la cantidad exacta de ambas cosas.
Y por fin llegó el protagonista de la fiesta: el arroz. Cuando la camarera llegó a la mesa con la paella y la inclinó hacia nosotros para mostrárnosla, en nuestras cabezas sonó música celestial. La primera impresión fue buenísima.
El color del arroz era perfecto y parecía, a simple vista, que tenía la cocción justa. La paella estaba rodeada de gambas rojas de un gran tamaño y apariencia de estar muy frescas.
Nos sirvieron y se nos hacía la boca agua. No veíamos el momento de meterle mano al plato. Efectivamente, el punto del arroz era el exacto, con mucho sabor.
El caldo se había absorbido perfectamente, quedando un arroz seco con todo el sabor de las gambas, que estaban frescas y gustosas. Todo un festín para el paladar. Dimos buena cuenta de este primer plato, y como había quedado lo suficiente para repetir, eso hicimos.
Nos acabamos tan rápido el arroz que ni nos dio tiempo de terminarnos la botella de vino, y eso que nos había gustado mucho. Inicialmente la idea era pedir otra, pero como ahora venían los postres, decidimos acompañarlos con una copa de licor.
De entre los postres, trufas de chocolate con aceite y sal, espuma de crema catalana, sorbetes y helados, sorbete de limón con vodka o cava, corte de helado «vuelve a ser un niño», brownie de chocolate con nueces garrapiñadas y el cheescake casero, nos decantamos por el brownie y la crema catalana, nos decantamos por el brownie y la crema catalana, ambos caseros.
El brownie estaba bien hecho, con mucho sabor a chocolate y el toque de las nueces le quedaba muy bien, y el helado aportaba ese contraste entre frío y caliente. La espuma de crema catalana resultaba original, una manera diferente de degustar este postre típico de Catalunya.
Luego vinieron las copas. Si bien ellos sirven gins y mojitos, nosotros optamos por pedir Limoncello con hielo.
La visita a l’Estupendu había llegado a su fin. El precio nos pareció más que correcto, y sin haber abandonado el lugar, ya había entrado de lleno a uno de los rincones de nuestra maleta en la que guardamos todos aquellos lugares en os que nos dan tan bien de comer. L’Estupendu se lo había ganado con creces.
Avinguda d’Eduard Maristany, 75 08912 Badalona
Tel: 933 84 83 64 E-mail: lestupendu@grupovarela.es
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Horario: Lunes a Domingo de 13h a 16.30h