Ficus Food Lab Ibiza es un concepto, una idea, un proyecto.
Nos gusta comer y beber, y nos gustan los proyectos emprendedores.
Nos gusta que nos sorprendan y nos gusta conocer lugares nuevos, por lo menos nuevos para nosotros.
Y así fue como nos llegó el lugar, qué digo lugar, el concepto, el proyecto del que os vamos a hablar hoy.
¿Cómo conocimos Ficus Food Lab?
Iba caminando por la ciudad de Ibiza y cambié el camino por el que debía ir, aún no sé porqué. El caso es que pasé por un local que hasta hacía tres meses era una peluquería y ahora parecía un restaurante.
Me paré y miré por encima, tenía buena pinta y lo primero que hice fue buscarlo por Instagram, si no estás en Instagram no existes. Les di a seguir y me planteé ir a conocerlos, saber qué hacían.
Dos días más tarde allí me tenías, sentado en una mesa dispuesto a saber qué me iban a ofrecer.
¿Qué es Ficus Food Lab?
Lo que no sabía en el momento en el que llegué es que Ficus Food Lab es más que un restaurante o un lugar en el que te dan de comer.
Ficus es un concepto, una idea, un proyecto de tres amigos que se conocieron estudiando en Barcelona, y que uno de ellos, habiéndose criado en Ibiza, decidió volver a la isla para poner en práctica aquello que había aprendido.
Ficus conjuga la comida Latina con la mediterránea, platos concebidos en Latinoamérica pero con el producto de primera del Mediterraneo.
Además, en Ficus cuidan mucho los detalles, todo lo que sirven es fresco y natural, pues incluso cuentan con un huerto propio para luego ofrecerlo en sus platos. Cuidan los detalles al máximo.
El local es sobrio, con la decoración justa, en el que prima la luz, luz para ver bien qué comes y cómo te lo preparan, pues unas cristaleras sustituyen a las paredes y desde la terraza puedes ver el interior del local e incluso la cocina, que está a la vista de todos para que puedan ver cómo te preparan la comida los tres cocineros que hay.

El resto de la decoración es simple, paredes blancas, con un cuadro en el pasillo que lleva al lavabo y el único toque que se han permitido es el de forrar una pared con césped artificial que simula un bosque y en el que en letras grande se puede leer FICUS. 5 mesas en el interior, de madera gruesa y patas de forja, con unas sillas modernas y cómodas. Fuera, en la terraza hay unas diez mesas. A veces menos es más.
Comer en Ficus
La única camarera que hay, no hace falta más y el servicio lo hace bien y rápido, me trajo el código QR para ver el menú y una botella de agua propia de cortesía. La carta está dividida en 5 apartados, entrantes, para comer con las manos, pescados, carnes y arroces.
Todo con muy buena pinta y platos fusión. Yo me decidí por: unas croquetas de gamba roja y Raya a la brasa acompañado por una copa de Fulget, un Albariño delicioso.
Croqueta de gamba roja con encurtido picante
Dos croquetas de tamaño generoso, con un rebozado muy ligero y crujiente, sin restos de aceite. En el primer bocado el sabor a gamba roja te inunda la boca y hace que no puedas dejar de comerlas. El encurtido no picaba mucho, cosa que agradecí porque soy muy susceptible a él. Un plato riquísimo, había sido todo un acierto en la elección.

Raya a la brasa con patatas ibicencas y salsa verde de hinojo
Una pieza hermosa de raya, pescado que recientemente había descubierto y por eso me decidí por él. Bien hecho a la brasa, acompañada de unas patas a la brasa también, crujientes y sabrosas. La salsa de hinojo le daba frescura al plato y combinaba perfecto con el pescado. Quedaron los cartílagos del pescado y dudé en comérmelos de lo espectacular que estaba el plato.

Piña asada con crema inglesa de canela y cardamomo
La piña no estaba nada ácida, la crema inglesa, con el sabor a canela muy presente, muy buena y todo junto, con un toque de menta, le daba una frescura increíble. Resultó ser un postre digestivo y rico, perfecto para concluir un ágape como el que acababa de hacer.

Tras la comida estuve charlando un rato con ellos, les di mi opinión sobre lo que había comido, ellos me explicaron los platos y también me contaron que en Ficus no solo te ofrecen la experiencia culinaria, sino que además ellos son un laboratorio de alimentos y tienen planeado desarrollar un servicio de Catering, en definitiva, Ficus es un concepto de cocina fusión y saludable que nosotros apoyamos al 100%. Más que en la maleta, nos lo guardamos en la mochila para llevarlo siempre con nosotros.