COSTA DA MORTE
Estábamos pasando unos días en Galicia y, aprovechando que teniamos un encargo de arcilla para piezas de alfarería, y que nos habían dicho que había un pueblo, Buño, que es zona de buenos alfareros, donde se venden piezas de calidad y a buen precio, decidimos pasar el resto del día en A Costa da Morte. Seguro que muchos habréis escuchado hablar de esta zona de la provincia de A Coruña por varios motivos, pero una desgracia es lo que hizo más famosa esta zona, el desastre del Prestige. Yo aún recuerdo aquellas imágenes de playas y costas llenas de «chapapote», y como miles de personas se volcaron con sus habitantes y sin pensarlo, cogieron un tren y fueron a ayudar de forma voluntaria.
La ruta
Salimos de A Pobra do Caramiñal temprano porque nos esperaban unos cuántos kilómetros. Tomando la AG-11 para incorporarnos a la AP-9, continuamos hasta la altura de Santiago, en la que pasamos a la AG-56, hasta coger un desvío a la altura de Caroubáns y seguir por la AC-453, hasta que se convierte en la DP-1914, que nos llevó a la población de Carballo. Desde allí cogimos la AC-418 que nos condujo a Buño.
Buño es una parroquia del municipio de Malpica de Bergantiños, popular por sus alfares donde se produce cerámica desde tiempos remotos: «o pobo dos oleiros» (el pueblo de los olleros o alfareros) como reza en la entrada de la parroquia. Fuimos a una de las tiendas que hay en busca de arcilla, por un encargo que nos habían hecho. En esta habían centenares de creaciones, destacando botijos y artículos de decoración. Allí no tenían lo que buscábamos y nos emplazaron para que fuéramos a un nave no muy lejos de allí, «Cerámicas el Progreso», a la que gran parte de los artesanos entraron a trabajar durante la explosión de la construcción, y en la que se producían ladrillos. Hoy día la nave está a un rendimiento muy inferior a la que hubo en aquellos tiempos y solo se utilizaba una parte muy pequeña de ella. Nos atendieron muy bien y nos proporcionaron la arcilla que estábamos buscando y a un precio muy barato.
Entonces, una vez hecho el encargo, solo nos quedaba recorrer parte de la Costa Da Morte por placer.