Seguro que muchos de vosotros habréis visto «Game of Thrones» y además de seguir las tramas os habréis imaginado en esos escenarios, viviendo todas esas historias. Pues bien, nosotros hemos ido a uno de esos escenarios, el Castillo de Santa Florentina, en Canet de Mar. Aquí se grabó el capítulo 6 de la temporada 6.
La verdad es que lo tienen todo muy bien organizado, las visitas son De Martes a Sábado y la atención es exquisita.
Pero iremos por partes y empezaremos por el principio,
¿Dónde está Canet de Mar?
Canet de Mar es una localidad del Maresme, a unos 50 kms de Barcelona, que como la mayoría de esta comarca viven hace años del turismo, lo que no quiere decir que no tenga otros atractivos más allá el tan desgastado Sol y Playa. En una entrada anterior os hablamos un poco de esta localidad, cuando os contamos lo espectacular del restaurante 6Q Modernista.
Se puede llegar en tren con la línea R1 de Cercanías de Renfe o si vas en coche desde Barcelona por la C32. Si escogéis la primera opción tened en cuenta que deberéis andar unos 1,6 Km hasta llegar al castillo y siempre en pendiente. Por el contrario, si vais en coche, junto a la entrada del castillo hay un parking de tierra en el que caben un buen número de coches.
Nosotros habíamos reservado la visita a las 11 h, aconsejamos reservar y comprar las entradas en su web o podréis encontraros que no hay plazas par la visita. A la hora en punto las dos guías vienen a abrirte la verja de la puerta de acceso al recinto y te acompañan hasta el punto de inicio de la visita. Nuestra visita era con autoguía, te dejan un aparato parecido a un mando distancia, con números y un altavoz al que se le pueden enchufar auriculares, cosa que recomendamos para poder tener las manos libres y poder hacer fotos y vídeos sin problemas. Allí te dan un par de indicaciones para la visita y empiezas presionando el 1.
A partir de ese punto te adentras hacía las dependencias del castillo, haciendo una visita por la zona que estuvo habitada por Ramon Montaner i Vila, tío de Lluís Domenech i Montaner, prestigioso arquitecto de la época modernista y autor de varios edificios emblemáticos, y al que le encargó la remodelación y ampliación de la Domus. A lo largo de las diferentes estancias se pueden apreciar detalles de este estilo arquitectónico, destacando las preciosas vidrieras en la mayoría de ellas.
El recorrido finaliza en la bodega, en la que se pueden adquirir diversos objetos de merchandising e incluso tomarse un vino o un café. De ahí puedes salir al patio y tienes como quince minutos para hacer fotos o simplemente disfrutar del entorno.
Otra de esas visitas y otro de esos lugares que nos llevamos en nuestra maleta y que os recomendamos que hagáis. Y si nos seguís en Redes Sociales seguro que sabréis donde ir a comer por la zona.